Donde Termina El Miedo

Donde Termina El Miedo

Hay un silencio que corta. No es el paisaje, no es el arma. Es algo más profundo. Algo que pasa entre ellos, entre vos y esta imagen. Es el momento justo antes de todo. Antes de decidir. Antes de actuar. Antes de cambiar.

¿Quién sos acá? ¿El que apunta o el que espera? Mirá bien. El que tiene el arma parece tener el control, pero la calma del otro lo dice todo. ¿Es resignación? ¿Es paz? O tal vez, solo tal vez, es la certeza de que la violencia no tiene poder sobre quien ya se liberó de sus miedos.

¿Te imaginaste alguna vez en esta posición? ¿Cómo reaccionarías si alguien te apuntara con sus juicios, sus reproches, sus expectativas? Porque, seamos sinceros, ese arma la conocemos todos. A veces es el mundo el que la empuña. A veces, somos nosotros mismos. Nos ponemos de pie, amenazándonos con nuestras propias dudas y miedos, tratando de forzarnos a ser algo que no somos.

Pero mirá al que está sentado. No necesita resistir ni ceder. Simplemente está. No porque sea débil, sino porque entendió que la verdadera fuerza no está en ganar una lucha, sino en dejar de luchar. En soltar el miedo, el control, y aceptar el momento tal como es. Ahí, en esa quietud, está su poder.